14 diciembre 2009

El Cuento de Powie ^_^


Erase una vez, en un reino mas allá de la luz, donde infinito y oscuridad se hace uno, vivía Powie, un pequeño niño que no conocía nada mas que aquellas paredes que rodeaban su diminuta habitación y lo poco que alumbraba su imaginación. Cabalgando entre la nostalgia y la tristeza, Powie, quería recordar como era su vida cuando en lo alto del infinito lucia plateada la Luna y como brillaba todo a su alrededor cuando se transformaba en Sol. Por mas que quisiera y por mas que lo desease, nunca volvía a suceder, ni Luna, ni Sol de nuevo asomarían por lo alto.

Triste y cabizbajo caminaba un día Powie, canturreaba para si, por que una cosa no había olvidado y eso era, que le encantaba cantar… poco a poco su pena se hacia mas amena y Powie mas alto cantaba. Su vocecita alumbraba un atisbo de ilusión y esto hizo que Flower, un ángel de sonrisa nacarada y ojos cual dulce caramelo de otoño se fijase en él. Cuando Powie alzó su mirada y se topó con la Flower algo hizo que su mundo se volcase en su interior. El bello ángel pidió poder cantar junto a él, a lo que nuestro pequeño amigo accedió encantado… hubieron juntado sus voces, casi por arte de magia, un alo de luz empezó a vislumbrarse en el horizonte… y colores azules, violetas y plateados inundaban el reino, todo brillaba con la misma intensidad de miles de joyas bajo un foco tan radiante como lo era el de aquella Luna, tan nueva, tan especial para Powie, que tanta felicidad no le cabía en el pecho, y de pronto, de sus ojos empezaron a brotar lagrimas de luz que poco a poco volaban como brisa marina, hacia aquella espectacular Luna que pronto se transformo en un gigantesco Sol repleto de vida y aquellos azules, violetas y plateados tornaron a colores aun mas llamativos y vibrantes, rojos, verdes, rosados, amarillos, toda una gama especial nacida de la ilusión y la inspiración de dos pequeñas voces que ahora estaban juntas.

Powie, aun sin salir de su asombro, le dijo entonces a Flower: - No puedo apartar mi mirada de ti… si lo hago se que volverá la triste oscuridad… a lo que el alado amigo le respondió con su bella sonrisa: - No temas, me pasa lo mismo y no pienso separarme de ti, desde el momento que te vi he sabido que había nacido para estar contigo. Al oír esto, Powie, se puso tan colorado que se le cayeron los coloretes al suelo y empezaron a crecer rosas por todo el suelo…

¿Esto es amor? Se pregunto Powie… pero no dudó por mucho rato, pues se dijo que el tiempo le mostraría la verdad, una verdad que él sabia se ya contestada.